¿Están las mentes conectadas?

Según la teoría de los seis grados de separación, todo el mundo está conectado con todo el mundo en un máximo de 6 conocidos. La teoría fue validada mediante  el software de las redes sociales.

Ya en la antigüedad se empleaba la definición de egregor o egregora, del griego “egregoroi” en referencia a  la fuerza generada por la suma de las energías físicas, emocionales y mentales de dos o más personas, cuando se reúnen con cualquier finalidad. Aunque el efecto reconocido por los griegos es temporal, es un primer reconocimiento de mentes conectadas. Este efecto temporal puede observarlo si alguna vez se ha parado a ver los bancos de peces en la orilla del mar, habrá comprobado que se mueven y cambian de dirección como si fueran un único pez.

La hipótesis de Gaia apoya esta idea de los seres vivos colaborando entre sí para acondicionar el medio de la manera más armoniosa con el ecosistema. Según la teoría de Gaia la vida no surge como consecuencia de la adaptación a las condiciones medioambientales, si no que la vida transforma estas condiciones para propiciar la expansión de los seres vivos. Hoy en día sabemos que desde que se conformó la Tierra, miles de millones de bacterias trabajaron, durante millones de años, para establecer el equilibrio y proporción de los gases atmosféricos que permiten que los seres vivos podamos respirar. Todavía hoy en día ese incontable ejercito de bacterias vela por mantener la regulación de oxigeno en la atmosfera. Demasiado porcentaje de oxigeno provocaría que todos los seres vivos con base de carbono ardiéramos, demasiado poco provocaría nuestra asfixia.

La hipótesis de Gaia inspiró al cineasta James Cameron en la película Avatar. Un mundo en el que todos los seres vivos mantienen una conexión sináptica con el árbol madre. Muchos años antes de esta película se realizaron otros experimentos y descubrimientos que apuntan hacia la existencia de algún tipo de conexión mental.

El primer experimento se desarrolló en Francia a mediados del siglo XIX, en la Universidad de la Salpetriere. El neurólogo Charcot antes de definir su técnica como hipnosis, la llamó percepción extracorpórea. No era la definición de un friki, era la respuesta más apropiada a los hechos observados en sus experimentos. Se seleccionaba a un sujeto de experimentación al que se hipnotizaba, se le daba la instrucción de que era el agua que contenía un vaso situado en una mesa cercana. La sala estaba abarrotada de estudiosos y estudiantes de medicina. El sujeto en trance hipnótico gritaba cuando se pinchaba el agua con una aguja. Otro experimentador se retiraba de la sala con el vaso, se introducía en una habitación contigua donde insertaba varias veces la aguja en el agua, cada vez que lo hacía el hipnotizado gritaba al mismo tiempo, a pesar de que el hipnotizado se encontraba en la sala experimental separado por una pared del vaso con agua.

El segundo hecho relevante fue el aporte del psiquiatra y psicoanalista suizo Carl Jung cuando acuñó el término inconsciente colectivo. En el enlace de la wikipedia se describe la sincronía simbólica de un ritual de un paciente, con una liturgia mitraica muy anterior en el tiempo. Jung apunta que en el inconsciente colectivo existen arquetipos simbólicos a los que recurrimos con bastante frecuencia a lo largo del tiempo.  ¿Sugería Jung algún tipo de reconexión del individuo con un programa original previo a su nacimiento?

Existen las modas, formas de expresión, soluciones prácticas a problemas corrientes que se repiten entre diferentes grupos humanos no conectados físicamente entre sí. ¿Puede ser que antes de Internet ya existiera una red de datos invisible, a la que algunas personas podrían acceder?.

El tercer experimento es muy fácil de comprobar. Si una persona se para en la calle a mirar hacia el cielo es posible que pase desapercibida, sin embargo si se van añadiendo dos o tres personas a mirar al cielo llega un momento en el que todo el mundo mira al cielo. El número de personas necesario para que el resto de los transeúntes miren al cielo se define como la masa crítica. Este hecho ha sido explotado por las agencias de marketing para crear una nueva tendencia en el mercado, si consiguen motivar al 10% de la población para consumir un producto, les seguirán muchos otros.

El cuarto experimento es considerado por los escépticos como una leyenda urbana. Los descubrimientos antropológicos de la prehistoria apuntan a que la teoría del centésimo momo tiene base suficiente. La historia es muy simple, unos investigadores estudiaban una población de monos de una isla de Japón, uno de los investigadores ofreció una patata a un mono, este la probó y no le gusto por el sabor a tierra. Hasta que se le ocurrió lavarla con agua, después el sabor le resultó agradable. Este mono enseñó a otros monos jóvenes a comer patatas, que anteriormente no estaban incluidas en su dieta. Al cabo de algún tiempo todo el grupo de monos acabó comiendo patatas. En el enlace puede encontrar las críticas a esta teoría. Lo interesante es que según los experimentadores al trasladarse a otra isla a la que no había llegado ningún mono de la isla anterior, constataron que los monos de esta otra isla también habían comenzado a incluir las patatas en su alimentación.

Los paleoantropólogos han comprobado en diferentes continentes, aislados por mares y océanos, que los prehominidos usaban las mismas técnicas, armas y utensilios rudimentarios en épocas en las que se desconocía la navegación entre continentes. ¿Existieron simultáneamente civilizaciones con un desarrollo tecnológico muy superior, que conocían la navegación, o existe una fuente de inspiración universal?

La quinta observación: Es una experiencia que se repite y que impresiona tanto a psicoterapeutas como a las personas que participan en los dramas psicológicos de las Constelaciones Familiares. Con mucha frecuencia son reconocidos gestos, rasgos de personalidad y acciones características de algún miembro de una familia, que no está presente en el grupo, por tanto no puede ser conocido por quien le está representando psicodramáticamente, el actor es alguien ajeno a esa familia.  Ya no se trata de un arquetipo cultural como señalaba Jung. Un sujeto A que desconoce al sujeto B actúa como si fuera el sujeto B, retratando perfectamente su papel en el conflicto familiar.

La sexta observación tiene que ver con los resultados de los experimentos acerca de la precognición de Daryl Bem, y su posterior revisión . Consistía el experimento en proyectar aleatoriamente unas imágenes en una pantalla, las imágenes contenían contenidos emocionalmente neutros y otras de contenido pornográfico o violento. Los voluntarios tenían conectados unos electrodos cerebrales, de tal manera que registraban las reacciones emocionales a las imágenes que estaban viendo, estas imágenes a su vez también eran registradas al mismo tiempo que las reacciones fisiológicas. Los resultados demostraron que en un número significativo de casos la respuesta emocional se producía antes de que la imagen sobre estimulante apareciera en la pantalla. ¿Existe una matriz invisible que conecta las mentes o estamos viviendo un déjà vu de un futuro que ya hemos visitado? ¿Estos potenciales sólo son privativos de los humanos?.

Tal vez el siguiente video nos sorprenda un poco más. Veremos las limitaciones de nuestro intelecto para encontrar la respuesta correcta a un simple ejercicio de atención, un chimpancé resuelve en menos tiempo y con más precisión.

A través de todos estos hechos observados podemos concluir que el Ser Humano llega a este mundo con un equipaje mucho más completo del que reconocemos. Nuestra cultura, centrada en la producción, considera que no sabemos nada, somos extremamente vulnerables y debemos estar tutelados a largo de nuestras vidas. Evidentemente este sesgo está perfectamente interesado en que todo el mundo se centre en producir y consumir. Debemos esforzarnos en investigar fármacos que curen nuestras enfermedades, la educación debe ser modificada no atendiendo las necesidades presentes y futuras de los educados, si no de acuerdo a las creencias de los que gobiernan. Ya he perdido la cuenta de cuantas leyes de educación se han pergeñado desde que entré en el parvulario, con el resultado a mayor número de leyes mayor fracaso en la asimilación de conocimiento. Ese es el negocio, así nos educan. Lamentablemente la realidad pone las cosas en su sitio.

He tenido la suerte y el privilegio de dedicar la mitad de mi vida a ayudar a personas en sus problemas mentales. Aquí es donde todas las creencias inducidas se ponen a prueba. Como bien decía Galileo: “No se puede enseñar nada a un Ser Humano; sólo se le puede ayudar a descubrirlo en su interior”. Esta sabiduría es la piedra de toque con la que tropieza todo psicoterapeuta. Continuamente afloran escuelas y nuevas técnicas de intervención, (este es el modelo industrial adaptado a las Humanidades). La gente compra esas técnicas como quien escoge una caja de galletas en el supermercado, adopta la misma actitud de consumo pasivo, es lo que nuestro modelo cultural considera válido y políticamente correcto. El resultado no suele ser  tan espectacular como se espera, con lo cual vuelve a surgir la necesidad de una nueva técnica, idéntico proceso al desarrollo tecnológico de la llamada revolución industrial.

La única manera de resolver este problema consiste en que la persona que demanda ayuda pueda hacer uso de los recursos que posee. Cualquier planteamiento del tipo haga usted esto, tómese esta pastilla para curarse, precisamente en este contexto no sirve salvo de forma temporal en los casos más graves. La mayoría de la gente necesita comprender lo que le ocurre, para recuperar su capacidad de elegir destino. Annie Marquier dijo: “Lo importante no es lo que nos pasa en la vida, si no lo que somos capaces de hacer con lo que nos pasa”. Con esta frase se da a entender que el destino individual, el problema o el desafío está en consonancia con las capacidades del Ser Humano que lo asume, sólo hace falta integrar ambas potencialidades. Lo que desde nuestra cultura de la hiperegulación se plantea como un estado carencial inadmisible, no es más que la oportunidad de desarrollar la inmensa capacidad de crear y resolver del Ser Humano.

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La necesidad de los principios vitales

Se define a un ser vivo como un organismo de alta complejidad que nace, crece, se reproduce y muere. Evidentemente en todo este proceso interviene la nutrición, la metabolización del agua y alimentos consumidos, la respiración, un sistema de riego sanguíneo y un sistema nervioso. Estos principios vitales han sido diseñados por la Vida para mantener un intercambio continuo con el entorno.

Los Seres Humanos somos seres vivos, pero además reconocemos que tenemos conciencia. ¿Puede ser esta cualidad la más importante para la supervivencia del individuo? ¿Qué pasaría si una persona que tiene un corazón saludable, respira bien, está bien nutrida y bien cobijada en una ambiente confortable, se muere? ¿No estaríamos reconociendo que una vez que las necesidades básicas están atendidas, existen otras de importancia vital superior, a las que normalmente no le prestamos atención?

Veamos algunos descubrimientos científicos que apuntan en esta dirección.
Al término de la Segunda Guerra Mundial muchos héroes de guerra, fallecidos en el campo de batalla, habían dejado huérfanos a sus hijos. La población y los gobiernos se volcaron en construir los mejores orfanatos, los más limpios y asépticos, dotados de los mejores medios médicos de la época. El personal era altamente cualificado, la alimentación de la leche infantil era la más equilibrada, sana y nutritiva de aquellos años. Todo aquel esfuerzo era una forma de compensar el sacrificio de los que habían luchado defendiendo su patria.

A los pocos meses del funcionamiento de esos orfanatos de lujo, siguiendo los sofisticados controles rutinarios, se comprobó que fallecían muchos más bebes en estos orfanatos en comparación con los orfanatos más normales y corrientes. ¿Cómo era posible que los bebés mejor cuidados, mejor alimentados, mejor supervisados médicamente, criados en la más pulcra asepsia fallecieran con más facilidad, que los criados en orfanatos donde no se alcanzaba este alto grado de cuidado profesional?.

Se analizó que pasaba en los orfanatos de instituciones de caridad, en los que unas veces faltaba la leche, otras el baño, en otros se descuidaba la limpieza como consecuencia de un personal desbordado de trabajo, además de que la calefacción en invierno no siempre funcionaba. Evidentemente estas deficiencias se descartaron como causa de una mayor supervivencia. Pero lo que si llamó la atención a los investigadores fue reconocer que las cuidadoras de los orfanatos pobres, eran personas menos inhibidas afectivamente que las rígidas enfermeras de los orfanatos ricos. A veces cuando faltaba la leche maternizada se reclamaban los servicios de amas nodrizas, encargadas de amamantar a los bebes con ternura, algo que era impensable en un orfanato más elitista.

Mientras que las cualificadas enfermeras estaban pendientes de hacer su trabajo con profesionalidad prusiana, el personal de los orfanatos de beneficencia actuaban de forma mucho más desinhibida con los bebes, les achuchaban cuando lloraban, les hacían arrumacos para que sonrieran o les cantaban cuando estaban tristes. El trato era menos profesional, pero mucho más humano y afectivo.

La conclusión de estos estudios fue que es más importante para la subsistencia recibir afecto, que ser receptor de exquisitos y asépticos cuidados profesionales.

Ya hemos reconocido un principio vital de suma importancia: el AFECTO. Sentir el reconocimiento, la aceptación y la confianza del otro es más importante para la vida de un Ser Humano que su bienestar material.

Todos hemos escuchado la frase “se murió de pena”, en relación a alguien que perdió a un ser querido. Si consideraba que la frase era una leyenda urbana, los datos confirman la veracidad de la sabiduría popular.

A finales de la década de los 60, el auge investigador de las universidades estadounidenses llevó a los investigadores a desarrollar los más curiosos experimentos. En una de esas investigaciones se realizó un estudio sobre la comunidad judía de la ciudad de Nueva York. Los datos estadísticos mostraron que el porcentaje de fallecimientos de la población judía, desde una semana antes de la celebración del día del Yom Kippur, el día de la patria judía, descendía a prácticamente 0, no había fallecimientos. Una vez terminada la celebración que reunía a familiares y amigos, la mortalidad ascendía hasta un 200% con respecto a la media de fallecimientos habitual. Esto quiere decir que los moribundos se mantenían vivos hasta que consideraban que habían cumplido con su último propósito.

Este descubrimiento es fácilmente constatable por la experiencia de los geriatras de las residencias de ancianos, que albergan a personas de avanzada edad de todas las culturas y etnias. Si usted tiene una edad en la que asiste a más entierros que a bodas o bautizos, habrá comprobado cómo se repite este principio vital. Los moribundos suelen esperar a despedirse de sus seres queridos antes de ser abrazados por la dama de la oscuridad. Por tanto el PROPOSITO de un Ser Humano en este mundo, es otro de los principios que influyen decisivamente en permanecer vivo.

Vamos a ver un último principio vital que ha demostrado ser más necesario, de importancia superior a los dos anteriores. A esta conclusión se llega por eliminación lógica. Hemos demostrado que el dar y recibir afecto es necesario para la vida, también que el propósito vital de la persona determina que siga existiendo. Además de lo anterior, en las últimas décadas la ciencia ha descubierto un principio vital mucho más prioritario para conservar la vida de lo que se creía.

El desarrollo tecnológico ha permitido registrar la actividad cerebral cuando soñamos. Curiosamente durante el sueño la actividad cerebral tiene una intensidad parecida a un estado de plena vigilia. Se ha definido esta fase del sueño como REM (Rapid Eye Movement), reconocida por movimientos oculares rápidos.

¿Qué es el sueño? Para un médico el sueño es una función necesaria para que el cuerpo descanse. Para un psiquiatra es un proceso natural de limpieza de las conexiones cerebrales. Para un psicoanalista es el desarrollo de una fantasía mediante la que el inconsciente representa los conflictos, aspiraciones y deseos de una persona. Para el físico Jean Pierre Garnier Malet es una fase de intercambio de información entre las partes de un individuo desdobladas en el tiempo. Para un poeta visionario soñar es la materia prima con la que construimos la realidad.

Los experimentos con voluntarios demostraron que en poco más de dos semanas si a una persona se la despertaba cada vez que comenzaba una fase REM, había que suspender el experimento porque se corría el grave riesgo de que el sujeto falleciera. A estos experimentos siguieron torturas atroces en cárceles de gobiernos dictatoriales, a los presos se les impedía soñar como parte de esas torturas, se comprobó que a las pocas semanas morían o sufrían previamente episodios de locura. Estos hechos nos demuestran que SOÑAR es más necesario para la vida de lo que imaginábamos. La pregunta que algunos hacen es: ¿Y qué ocurre con las personas que padecen insomnio? ¿Se pueden morir?. En vista de los resultados de los experimentos podríamos afirmar que los insomnes sueñan aunque no recuerdan que lo hacen.

Con estos tres principios vitales: El Afecto, el Propósito y la necesidad de Soñar podríamos pensar que estamos definiendo la esencia vital del Ser Humano.

Esta combinación de principios vitales posiblemente arroje alguna luz sobre hechos que han permanecido ocultos. Los médicos certifican la muerte de una persona como parada cardiorespiratoria. Eso quiere decir que a quien no le late el corazón, ni respira, está muerto. Se ha estudiado que la falta de oxigeno en el cerebro mata las neuronas a los pocos minutos. ¿O no es así?.

También como consecuencia de las dos guerras mundiales hubo muchos muertos, lo que obligó a vaciar en los cementerios las tumbas para dejar sitio a los nuevos fallecidos. Al exhumar los cadáveres se comprobó que una tercera parte se habían movido dentro del ataúd. Es decir de todas las personas fallecidas al menos el 30% habían resucitado.

Si indagamos en las religiones antiguas se aconseja velar al fallecido durante al menos tres días. En el judaísmo el precepto son 7 días. Esta práctica contraviene lo políticamente correcto de nuestra sociedad industrializada, pero en vista de los resultados, al menos yo dispondré que no se me entierre antes de tres días después de mi último suspiro. No vaya a ser que me arrepienta de morir, regrese y me lleve un susto de muerte al encontrarme encerrado en mi ataúd.

Bromas aparte, hacia donde apuntan estos hechos es hacia la misión de un Ser Humano en la vida. Los “resucitados” nos recuerdan que es más importante para la vida el por qué vivimos, que el cómo vivimos. Si la necesidad de querer y ser querido, el reconocimiento de nuestro propósito vital o la capacidad de soñar son esenciales para la vida, es evidente que cualquier enfoque de nuestros problemas debe tener en cuenta estos principios vitales. La conclusión lógica es que los seres humanos tenemos más probabilidades de sobrevivir respetando los principios vitales individuales, que delegando en otros la solución de nuestros problemas.

Sin embargo la sociedad, el llamado mundo civilizado y los gobiernos, cada vez más invaden la capacidad del individuo para ejercer su libre albedrío, la elección de un destino personal, único y diferente a las soluciones en masa a las que nos someten desde que nacemos. Cada vez nacen menos niños de forma natural, son extraídos del vientre de su madre para evitar riesgos. Para acabar muriendo sometidos a tortuosos tratamientos médicos que presuntamente pretenden preservar nuestra vida.

Aunque la elección de médico es un derecho reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el sistema administrativo boicotea la elección de tratamientos “alternativos”, encaminándonos a aquellos que están sometidos a los intereses de multinacionales farmacéuticas. En la escuela se excluyen conocimientos de utilidad para los individuos, para sustituirlos por un sistema educativo que premia la homogeneización de las conductas y soluciones estandarizadas a problemas corrientes. En las Universidades se enseña a ser un buen asalariado. Cuando un buen estudiante consigue un trabajo en una empresa el Estado le retira hasta un 60% de sus ingresos antes de que se dé cuenta, con la excusa de que este modelo social es el mejor de todos los posibles, el joven recibe el siguiente mensaje: “Debes sacrificarte por el estado, a cambio el estado te proveerá de todo lo que necesites”. Una vez educado en el consumo como forma de dar cohesión a la sociedad y camino aceptado como destino de la felicidad, un joven tendrá que asumir deudas durante casi el 80% de du vida laboral con un banco hasta terminar de pagar su vivienda. Las deudas públicas y privadas no se incluyen en el IPC, con lo cual se elimina de su campo de visión el impacto en su poder adquisitivo, lo que en este sistema de felicidad material es a lo que se ha reducido el ejercicio de la libertad.

No continuaré con este discurso de lo que es considerado políticamente correcto, porque no comulgo con ruedas de molino. Sólo hago la observación de que para salir de la actual situación anunciada como crisis, no podemos esperar a que el Estado, las entidades financieras o las empresas nos saquen de aquí. La verdadera capacidad de generar riqueza reside en el Ser Humano, en la elección libre de un destino con todo el equipaje económico que eso conlleva. Si una persona emprende un proyecto o destino personal, moviliza recursos económicos, genera riqueza para sí y para los otros. Si nuestro sistema social y administrativo no respeta estos principios vitales del Ser Humano, difícilmente encontraremos una solución. Las soluciones que vienen de afuera, de la regularización extrema, hasta ahora no nos han protegido de lo que presuntamente nos pretendían proteger como compensación a la renuncia individual de un destino personal.

Los gobiernos manejan hoy una cantidad enormemente desproporcionada de recursos económicos en detrimento de la libertad del individuo. Desastres como Chernobyl en Ucrania, Bhopal en la India, el 11S en Nueva York, el 11M en Madrid sólo han servido para demostrar que la fe ciega en que otros decidan no es garantía de supervivencia ni del individuo, ni de la especie. Estos desastres nos demuestran que fueron personas corrientes, expuestas a situaciones excepcionales, las que evitaron que los desastres adquirieran proporciones catastróficas. Los desastres los causaron quienes abandonaron su responsabilidad personal con la comunidad, el remedio lo aportaron quienes valoraron la entrega personal y asumieron el sacrificio por la comunidad. En Chernobyl un ejército de voluntarios protegidos con un simple mono y mascarilla de pintor construyeron el cofre del reactor nuclear. En Bhopal la población local evito que las muertes se multiplicaran atendiendo rápidamente a los heridos. Lo mismo ocurrió en el 11S y en el 11M, la población respondió antes que las autoridades.

Cuando recuperamos nuestro destino personal, recuperamos los principios vitales tan fáciles de olvidar por nuestra cultura imperante. Si somos capaces de respetar estos principios vitales, los individuos se fortalecerán ante las adversidades. Es el camino contrario al que nos animan a seguir desde el Poder: la solución a nuestros problemas proviene de fuera de nosotros. Los hechos tozudamente nos demuestran que al final somos los individuos los que encontramos las soluciones a nuestros problemas, a nuestros desafíos como Seres Humanos.

Tal vez se pregunte después de este discurso de lo políticamente incorrecto, ¿esto que tiene que ver con los principios vitales o con el rumbo vital?. A lo largo de mis años de experiencia como psicoterapeuta, en muchas ocasiones no he encontrado en las técnicas, en los manuales, en los conocimientos, ni en las estrategias terapéuticas que aprendí, al Ser Humano que atendía. Todo ese conocimiento teórico era ajeno al problema de la persona que tenía delante. Después de muchas preguntas descubrí algo muy elemental: si una persona tiene un problema, eso quiere decir que la solución se encuentra también dentro de esa persona, su entorno le presta lo necesario para la solución. No está afuera, ni en los manuales, sólo hace falta descubrir sus capacidades, sus recursos y cuál es el mensaje que expresa con sus síntomas. Si ayudo a descodificar toda esa información la persona sabrá encontrar la solución a su problema. Tal vez me condenen a la hoguera como a Galileo por reconocer esta simple verdad, pero como diría el astrónomo: “Y sin embargo el Ser Humano se mueve”, no es estático, no es una tabula rasa sobre la que hay que instruir e implantar dogmas o directrices. El Ser Humano ya sabe para que esta aquí, sólo necesita que se le ayude a encontrar su camino personal.

Para encontrar el Rumbo Vital es más efectivo descubrir los recursos de la persona, las situaciones en las que ha empleado con éxito su verdadero potencial, para aplicar esos mismos recursos a un problema o desafío nuevo. Los principios vitales antes aludidos se manifiestan de forma única y diferente en cada persona. El descubrimiento de lo que una persona sabe hacer, la eficacia con la que usa sus habilidades ante nuevos desafíos o problemas, puede determinar el éxito alcanzado en su trabajo, los negocios o su vida personal, la consecuencia natural es una mejoría de su salud. La solución de un problema es el inicio de un nuevo rumbo vital.

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Las cuatro leyes universales de la salud mental del Ser Humano

Antes de la primera mitad del siglo XX, el Dr. Sigmund Freud ya había alcanzado fama internacional como el creador del psicoanálisis. En el verano de 1939 un periodista le preguntó que era para él una persona sana. Al periodista, que esperaba una larga disertación de un eminente sabio, le sorprendió la respuesta: “Amigo mío, una persona sana, es aquella que es capaz de amar y trabajar”.

La respuesta del Dr. Freud sintetiza un profundo conocimiento del Ser Humano. Es habitual que los genios, con simples palabras, nos expliquen lo que para la mayoría supone una hercúlea tarea intelectual.

Como lamentablemente no soy un genio, he tenido que investigar, pensar y responder a muchas preguntas que no se contemplan en la lúcida afirmación del Dr. Freud. He incluido otras categorías de personas que no cumplen con tal afirmación, otros hechos ajenos a esa primera definición, además de buscar una fórmula de ley universal que siempre se cumpla, independientemente de la voluntad, la capacidad o las circunstancias de una persona.

No pretendo aburrirle con otro tipo de cuestiones que afectan a la salud mental, como son el bien y el mal, el origen de la enfermedad o la discapacidad para encontrar la felicidad. Temas muy complejos que sobrepasan la ligera lectura de un blog. Así que le propongo, a modo de inspiración personal, el enunciado de las leyes universales de la salud mental de un Ser Humano de acuerdo a la secuencia de importancia lógica.

1ª  Todo ser humano llega a este universo con la misión de desarrollar su capacidad de amar, o la de otros.

2ª  La existencia de todo Ser Humano sirve para encontrar, reconocer y mejorar lo que ya existe.

3ª Quién no cumple con la primera, ni con la segunda ley encomienda su destino a la infinita misericordia del Creador.

4ª Todo destino puede ser cambiado, cuando el afectado pueda sentir y manifestar gratitud por todo lo aprendido en su experiencia vital.

Si dispone de tiempo para meditar sobre estas cuatro leyes, comprenderá que sólo existe una única condena posible para nuestros errores: más tarde o más temprano todo Ser Humano acabará aprendiendo a amar. Es el origen y el final de nuestro destino.

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El origen de la vida

Todo Ser Humano en algún momento de su vida se hace la pregunta: ¿Por qué estoy en este mundo?. Para encontrar la respuesta es necesario comprender primero el origen de la vida. La vida es uno de los universos en el que nos encontramos.

Si queremos fijar un rumbo hacia la comprensión necesitamos buenas referencias. He rescatado del baúl de los recuerdos una antigua leyenda que le ayudará a comprender. Para preparar su mente, antes de leer el resumen del relato de esta leyenda, le invito a meditar acerca de su vida y su existencia, le sugiero que deje volar su imaginación con este vídeo que he encontrado en Youtube. Las imágenes son muy potentes, elevaran su campo de visión con un ritmo imparable, como el de la vida. Siéntese cómodamente para comenzar su primer viaje.

Si  ha realizado un buen viaje por la superficie de nuestro hermoso planeta, por esa estrecha franja donde se desarrolla la Vida, ya está en buena disposición para conocer una versión resumida de esta leyenda.

«Hace mucho tiempo, en una época anterior a los dinosaurios, anterior a nuestro sistema solar, en aquel instante cuando el Creador se manifestó a través de la materia, el Universo era inmutable y perfecto. Con nuestra comprensión humana podríamos reconocer la materia a través de sus leyes de geometría sagrada, como una foto perfecta del Creador. Percibiríamos también la existencia de unos seres de luz, de belleza indescriptible, a los que llamaremos «los que observan». Ambos mundos eran perfectos en si mismos.
 
Una vez creados, el SER mandó un emisario a revisar su obra. Encomendó tal misión al Espíritu. Este realizó el vuelo más bajo permitido, del aleteo de sus alas emanaba una brisa sublime que trasgredió la elevada dimensión de la que procedía, la materia inspirada por aquel viento sobrecogedor se elevó, alejándose de una existencia inerte. En ese instante se produjo un fugaz encuentro entre ambas dimensiones, de aquel instante emanó un destelló que inundó el espacio. «Los que observan» sintieron una emoción de alegría intensa que expresaron con un único canto, ese sonido sigue hoy en día expandiendo el Universo, cada ser vivo se convierte en el anfitrión de una porción infinitesimal de «los que observan», esa vida más allá de la vida es el alma.
 
Cada vida con su finitud rinde un homenaje a aquel instante fugaz de encuentro, es la oportunidad para recordar que una vez fuimos UNO….»
 
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